Nota: el orden en que se aplican los cuantificadores no importa.
Más en general, vamos a P(x,y) ser una propiedad de x,y:
\exists x: \forall y \ P(x,y) \nLeftrightarrow \forall y, \exists x: P(x,y).
por ejemplo, considere las siguientes dos declaraciones, por simplicidad, para mostrar que este no es el caso:
S_1: \forall x \in \mathbb{R}, \exists y \in \mathbb{R}:y>x (es decir, para cada número real x, hay algún otro número real y que es mayor que x). Esto es cierto.
Ahora vamos a intercambiar el orden de los cuantificadores:
S_2: \exists y \in \mathbb{R}: \forall x \in \mathbb{R}, y>x (es decir, existe algún número real y que es mayor que todos los números reales). Esto es falso (como \mathbb{R} es ilimitado arriba).
Este ejemplo muestra que, al cambiar el orden en que se aplican los cuantificadores afecta a la declaración.
La misma idea se aplica en su caso.