Para bien o para mal, la preocupación por que le roben a uno sus preciadas ideas es uno de los rasgos distintivos clásicos de un manivela matemática . Por lo tanto, si te pones visiblemente protector, es probable que la pérdida de reputación que sufrirás simplemente porque suenas como un chiflado supere, con creces, el riesgo muy menor de que pierdas la oportunidad de ganar algo de reputación porque alguien tomó una de tus ideas y corrió con ella.
Parte de la ecuación es que casi todas las personas que se dedican a las nuevas matemáticas parecen insistir siempre en lo mucho más productivo que les resulta debatir sus ideas con un público. Si puedes encontrar un público que sea lo suficientemente capaz de hacer algo con tus ideas si (hipotéticamente) hizo tómelas y corra con ellas, lo más probable es que tengan demasiadas ideas propias como para darles a todas su merecido. Pero hay muchas posibilidades de que alguno de ellos te dedique unos minutos de su tiempo para hacer la pregunta fortuita que te empuje en la dirección de la solución final.
E incluso si tu presentación inspira a alguien a hacer un trabajo real además del tuyo, es abrumadoramente más probable que sugieran una colaboración que simplemente apropiarse de tus ideas como propias. Hacerlo no sólo es lo correcto, sino que prácticamente no les cuesta nada, porque ser conocido como "Jones, que publicó tal cosa" no es mucho más prestigioso que ser conocido como "Jones, de Jones y Smith (que demostró famosamente tal cosa)".
Además, si tus ideas son tan buenas, querrán seguir siendo amigos tuyos, así que les darás a conocer tus siguiente buena idea y darles la oportunidad de colaborar también en eso.