Al parecer, Aristóteles razonó (sin experimentar) que los objetos más pesados deben caer a la Tierra más rápido que los más ligeros. Por ejemplo, un 1.000 kg bola de hierro caería más rápido que una 1 kg bola de hierro.
Se dice que Galileo lo refutó experimentalmente dejando caer dos objetos de distinto peso desde la Torre de Pisa, y se observó que caían al suelo al mismo tiempo. Caso cerrado, ¿verdad?
Pues bien, esta mañana se me ha ocurrido de repente que Aristóteles en realidad tenía razón, y el experimento de Galileo era incapaz de discernir ninguna diferencia en los tiempos de llegada entre las dos pesas que dejó caer. Y me pregunto si nuestros aparatos de medición actuales podrían discernir la diferencia de tiempos de llegada en este caso.
La fórmula de la fuerza debida a la aceleración gravitatoria es:
$$F = \frac{Gm_1m_2}{d^2}$$
Tanto para la masa de 1000kg como para la de 1kg, el producto de ambas con la masa terrestre es claramente la masa terrestre, por lo que $F$ será prácticamente la misma para ambos. Pero si llevamos la masa de 1000 kg a la órbita de la Luna, y detenemos la Luna en su órbita para que se quede quieta con respecto a la Tierra, la fuerza $F$ será claramente mucho mayor entre la Luna y la Tierra que entre la masa de 1000 kg y la Tierra.
El resultado de esto es que la Luna y la Tierra se encontrarán mucho más rápido de lo que la masa de 1000 kg se encontrará con la Tierra.
¿Estoy en lo cierto y Aristóteles ha sido reivindicado, o hay algo que se me escapa?