Algunos teoremas se enuncian y demuestran extensionalmente, pero en la práctica casi siempre se utilizan intensionally . Voy a poner un ejemplo para que quede claro: la integración por partes: $$ \int_a^b f(x)g'(x)ds = \left[f(x)g(x)\right]_a^b - \int_a^b f'(x)g(x) dx$$ para dos funciones continuamente diferenciables $f$ y $g$ . En la práctica, esto rara vez se aplica a funciones sino a expresiones que denotan funciones. Y lo que es mucho más importante, casi siempre se aplica mediante la "concordancia de patrones" en un producto plazo . Pero tenga en cuenta que la integración suele describirse formalmente como una operación sobre funciones (es decir, objetos extensionales), pero luego en el primer curso de cálculo se enseña a los alumnos a dominar una serie de reglas de reescritura (es decir, operaciones sobre objetos intensionales).
Los lógicos [Leibniz, Frege, Russell, Wittgenstein, Quine, Carnap, por citar algunos] se han preocupado mucho por ello. Los lingüistas [me viene a la mente Montague] y los físicos [A. Bressan] también se han preocupado por ello.
Tengo dos preguntas:
- ¿Qué otros ejemplos ha encontrado de esta mezcla de extensión e intención?
- ¿Por qué no se enseña/aprecia más esta dicotomía?
En el caso del álgebra (más concretamente, de las teorías ecuacionales), la respuesta al punto 2 es muy sencilla: porque esta dicotomía no importa en absoluto, ya que tenemos adjunciones bien avenidas entre las teorías extensionales e intensionales [de hecho, a menudo tenemos isomorfismos]. Por ejemplo, no hay ninguna diferencia esencial entre los polinomios (sobre campos de característica 0) tratados sintáctica o semánticamente. Pero hay una enorme diferencia entre los términos del análisis y los teoremas semánticos correspondientes.