Si dejas caer una moneda, ésta se ve afectada por el arrastre del aire, rebota y cae al suelo antes de asentarse y puedes leer si ha salido cara o cruz.
Si lo he entendido bien, el teorema de Bell dice que si el valor que leeremos de un par de monedas está determinado desde el principio, entonces las correlaciones entre los dos datos tendrán límites dados por la desigualdad de Bell y otras desigualdades.
Pero en el ejemplo del lanzamiento de la moneda hay muchos parámetros que determinan el resultado: los flujos de aire, el lugar en el que golpea primero el suelo, etc. Y estos parámetros pueden cambiar mientras tanto. Así que es prácticamente impredecible decir en el momento de lanzar la moneda que saldrá cara o cruz. Una situación bastante similar a lo que se dice de las partículas. Está en un estado mágico de superposición que luego colapsa y podemos leer cara y cruz.
Eso es un poco parecido a lo que hacemos en esos experimentos con partículas, lanzamos partículas y medimos si pasan el polarizador o no o si girarán hacia arriba o hacia abajo.
¿Podríamos decir lo mismo de los experimentos que pretendían demostrar el entrelazamiento? Ese fotón que entra en el divisor del haz polarizador pasa millones de veces de un lado a otro entre los átomos del cristal que se mueven térmicamente con rapidez, lo cual es bastante caótico. Pero al final hay cierto orden en el caos, ya que las dos polarizaciones salen en dos direcciones.
¿Puede este caos en ese cristal causar correlaciones que violen el teorema de Bell?