El punto no está en la formulación matemática (que fácilmente podría hacer sistemas cuánticos tener partículas distinguibles), pero en la interpretación física de la mecánica cuántica.
Pensemos por un momento lo que queremos hacer la operación para distinguir entre clásica de partículas. Primero de todo, tenemos que observar el estado de cada uno, y como el estado de un clásico de la partícula es descrito por un punto del espacio de fase, se puede hacer fácilmente que sólo se miden dos variables observables: la posición y el momentum. Además, sabemos que/postulado de que dos clásica de las partículas no pueden ocupar el mismo estado (es decir, el punto del espacio de fases) al mismo tiempo, y cada uno tiene que ocupar un estado. La colocación de detectores (en principio) en cada punto del espacio de fase, se puede adjuntar una etiqueta "$1$" a la partícula en el estado $(x_1,p_1)$ y una etiqueta "$2$" a la partícula en el estado de $(x_2,p_2)$, ambos detectan en el momento inicial. Ahora que hemos adjuntado las etiquetas, podemos seguir su trayectoria a través del tiempo. Que la trayectoria se identifica por la condición inicial, y por lo tanto siempre debemos de mantener las dos partículas distintas (incluso las colisiones no causa problemas, porque incluso si las partículas son, entonces, en la misma posición, debe tener los distintos momentos desde que comenzó a partir de diferentes condiciones iniciales y por lo que podemos distinguir en ellos).
Ahora, somos capaces de hacer lo mismo en la mecánica cuántica? Somos capaces de pegar etiquetas a dos partículas idénticas en diferentes estados con el fin de seguir? La respuesta es, en general, no (debido a la naturaleza cuántica de las mediciones). La primera dificultad es medir el estado de cada partícula cuántica, ya que ahora es algo que no podemos medir directamente y, en general, la realización de las mediciones se modifica el estado del sistema (que en última propiedad se vuelve fundamental más adelante). Sin embargo, supongamos que hemos sido capaces de preparar dos partículas, cada uno en un determinado estado estacionario $\varrho_1$$\varrho_2$. Supongamos además que cada partícula tiene una probabilidad distinta de cero de ser encontrado en cada pequeña región (cumpliendo con el principio de indeterminación) $\Omega$ del espacio de fases (siempre hay estados como que en la mecánica cuántica). Ahora, el problema crucial que surge es: ¿cómo podemos adjuntar una etiqueta a cada una de las partículas? Supongamos que en el tiempo inicial que se detectan las partículas en las regiones de $\Omega_1$$\Omega_2$. Puede muy bien suceder que $\Omega_1=\Omega_2$! Ahora, ¿cómo podemos adjuntar una etiqueta a cada una de las partículas? Si $\Omega_1=\Omega_2$, es evidente que no es posible; si las dos regiones son diferentes, se podría, pero entonces el quantum de medición ha cambiado el estado, y obligó a las partículas a ser confinado a las regiones $\Omega_1$ $\Omega_2$ respectivamente. De modo que no puede interactuar más, y la eventual coherencia entre ellas está completamente destruido. Así conseguimos distinguir las partículas, pero al costo de aislarlos unos de otros, por lo tanto modificar completamente el sistema. Que no es el tipo de distinguishability hemos tratado. Y realmente no tenemos otra manera de distinguir las partículas, y no porque no pueda, sino porque la teoría cuántica (de medidas) se lo impide.
Por lo tanto, es muy natural, debido a que este operativo indistinguishability, para formular una teoría de que los postulados cuánticos idénticos partículas indistinguibles. Como siempre, el entonces experimentales éxito de las predicciones de dicha teoría es la mejor confirmación de la misma; sin embargo, en este caso la idea es que a priori justificado (en mi opinión) por el de arriba.