Es fácil ver por qué hay un cambio de signo en el caso de que el campo eléctrico se refleje en una superficie conductora. El campo eléctrico excitaría una corriente en la superficie conductora, lo que a su vez obligaría a que el campo eléctrico fuera nulo en la interfase. Por lo tanto, el campo reflejado debe ser tal que anule el campo incidente en la superficie. De ahí el signo negativo.
En el caso de una interfaz dieléctrica se puede utilizar un argumento similar, pero con algunas diferencias. En este caso, no toda la energía se refleja. Parte de ella se transmite al material del otro lado de la interfaz. Sin embargo, debido a la conservación de la energía, la potencia que se transmite es siempre menor que la potencia incidente. Por lo tanto, la amplitud del campo transmitido es menor. Para satisfacer las condiciones de contorno, el campo reflejado debe tener un signo negativo para que pueda restarse de la amplitud del campo incidente para que coincida con la del campo transmitido.