En primer lugar, en el sistema convencional de números reales, la expresión $\frac{1}{0}$ se considera como indefinido, es decir, tiene ningún valor . El "infinito" no existe en los números reales. $0$ no está en el dominio de la función $f(x) = \frac{1}{x}$ .
Hay una buena razón por la que no está definida: la función $f(x) = \frac{1}{x}$ suele entenderse como "dame la inversa multiplicativa de $x$ ", pero $0$ carece de un inverso multiplicativo. Esto es fácil de ver. La función $f(x) = 0x$ es totalmente no inyectiva -- hay ningún subconjunto de $\mathbb{R}$ que contiene más de un punto en la que es inyectiva. Perdemos todo información sobre lo que $x$ fue cuando lo pusimos ahí. Entonces, ¿cómo podemos esperar tener un valor que nos permita invertirlo?
Dicho esto, hay son contextos en los que podemos tomar $\frac{1}{x}$ para representar algo más general, y donde $\frac{1}{0}$ puede ser significativo. Un ejemplo de ello, en el que podemos decir $\frac{1}{0} = \infty$ es la línea proyectiva real y su equivalente complejo, la esfera de Riemann. En este caso, el infinito es sin signo Es decir, $-\infty = +\infty$ . Si optamos por utilizar un sistema generalizado de "números" que incluya $-\infty$ y $+\infty$ como elementos separados, entonces normalmente seguimos sin definir $\frac{1}{0}$ porque $\frac{1}{x}$ se acerca a $-\infty$ como $x$ se acerca a $0$ de la izquierda y $+\infty$ a medida que se acerca $0$ de la derecha. Podríamos tomarlo como uno o el otro si quisiéramos pero la elección sería arbitraria.
Una gran advertencia de estos sistemas es que las leyes de la aritmética serán diferentes en ellos. Por ejemplo, en el mencionado RPL, las advertencias se producen cuando se trata de expresiones que implican infinitos.