A todos nos ha pasado: tenemos una "prueba" tan bonita... pero sabemos que está mal. O bien demuestra algo que sabemos que es falso, o la prueba no utiliza una de las hipótesis que sabemos que necesita, o suponemos algo que no podemos suponer... y todo el bonito argumento desaparece. Tuve un profesor que decía que a veces se convence de que alguna prueba funciona justo antes de irse a la cama, sólo para despertarse y descubrir que es una total tontería. Dice que probablemente es un mecanismo de adaptación que tiene su cuerpo para poder dormir.
Aunque las pruebas a menudo acaban siendo insalvables (¿es esa una palabra?), creo que son una parte importante del aprendizaje de las matemáticas y de la creatividad. Creo que fue Sir Ken Robinson (no es matemático, pero sí un buen pensador) quien dijo algo así como "equivocarse no siempre es bueno, pero si no tenemos la capacidad de equivocarnos nunca podremos ser creativos". (Si alguien conoce la cita exacta, que la complete).
Así que oigámoslas: tus bonitas pruebas que resultan ser un sinsentido. Al igual que el bien escrito "Cómo no demostrar la conjetura de Poincare", estas pueden ser pruebas bien pensadas que tienen una pequeña suposición oculta que hace que todo explote, o pueden ser totalmente tontas como la vez que pensé que había demostrado el teorema del punto fijo de Brouwer usando el teorema de la categoría de Baire durante mi primer año...
Puntos extra si los métodos "falsos" de alguien (o una adaptación cercana) terminaron funcionando para un problema diferente más adelante.