La hibridación es un concepto puramente matemático que permite explicar las estructuras encontradas experimentalmente. El ejemplo más destacado es el del metano, donde se puede considerar que el átomo central de carbono es $\mathrm{sp^3}$ hibridado. Formalmente, el $\mathrm{s}$ orbital y los tres $\mathrm{p}$ pueden combinarse linealmente para formar cuatro orbitales equivalentes. Por lo tanto, $\mathrm{sp^3}$ es una contracción de $\mathrm{s^{\frac{1}{4}}p^{\frac{3}{4}}}$ . Por lo tanto se puede ver, que el orbital tiene $25\,\%$ $\mathrm{s}$ carácter y $75\,\%$ $\mathrm{p}$ carácter.
En general, el concepto de hibridación debe tratarse sólo como un concepto, no es nada que pueda observarse físicamente. Es un modelo matemático para entender mejor las geometrías. También hay que tener en cuenta que la hibridación es una función de la geometría, y no al revés. Dicho esto, es bastante obvio que no soy un gran fan del concepto. No iría tan lejos como Alexander Grushow * y predicar el abandono del conjunto, pero aconsejo precaución en el uso de este concepto para no obtener conclusiones erróneas.
A pesar de las importantes pruebas experimentales y de los avances teóricos que indican que los orbitales atómicos híbridos no existen y no describen adecuadamente el enlace molecular, su descripción sigue impregnando la educación química a muchos niveles, y el modelo sigue abriéndose camino en la literatura química moderna.
* "¿Ha llegado el momento de retirar el Orbital Atómico Híbrido?" Alexander Grushow, J. Chem. Educ. , 2011 , 88 (7), 860-862.