Dejemos que \begin{equation} X= \begin{bmatrix} 0 & 1\\ 0 & 0\\ \end{bmatrix} , \qquad Y= \begin{bmatrix} 0 & 0\\ 1 & 0\\ \end{bmatrix} , \qquad H= \begin{bmatrix} 1 & 0\\ 0 & -1\\ \end{bmatrix}\tag{1} \end{equation} Si $V_m$ es el $(m+1)$ -representación compleja de $\text{sl}(2,\mathbb{C})$ entonces sabemos que existe una base $u_m,u_{m-2},...,u_{-m}$ tal que $u_k$ es el vector propio de $H$ con valor propio $k$ y $Y u_k = u_{k-2}$ .
En la física, en cambio, escribimos $S_{\pm} =X,Y$ y $S_z = H/2$ y utilizar la base $|s,m_s \rangle$ tal que $$\begin{align} S_z |s,m_s \rangle &= m_s |s,m_s \rangle \\ S_{\pm} |s,m_s \rangle &= \sqrt{s(s+1)-m_s (m_s \pm 1)} |s,m_s \pm 1\rangle \end{align}\tag{2}$$ y que $|s,m_s \rangle$ son ortogonales.
¿Hay alguna razón más profunda por la que pongamos los coeficientes delante de $|s,m_s \rangle$ cuando $S_{\pm}$ actúa en él y por qué $|s,m_s \rangle$ son ortogonales?