Aquí hay otra prueba más elemental.
Considere la secuencia de funciones $f_n=(x\mapsto x^n)\in C[0,1]$ . Como está acotado, por Banach-Alaoglu, tiene un punto límite $f^{**}\in(C[0,1])^{**}$ (con respecto a la topología débil).
Definir $f_m^*\in (C[0,1])^*$ mediante la fórmula $f_m^*(f)=f(1-1/m)$ , mientras que $f^*_{\infty}(f)=f(1)$ . Ahora, fíjate que tenemos, para todos $m$ que $f^{**}(f_m^*)=0$ , mientras que $f^{**}(f_\infty^*)=1$ (porque $f_m^*(f_n)\to 0$ como $n\to \infty$ y $f_\infty^*(f_n)$ es idéntico $1$ ). Evidentemente, esto es imposible para cualquier $f^{**}\in C[0,1]$ , por lo que debemos tener $f^{**}\in (C[0,1])^{**}\setminus C[0,1]$ .
Esta prueba es un poco deshonesta: para entender la idea que hay detrás, se necesita una herramienta más avanzada, concretamente el teorema de representación de Riesz-Markov-Kakutani. Dice que (en particular) el dual de $C[0,1]$ consiste exactamente en medidas de Borel con signo en $[0,1]$ de variación limitada. Se deduce inmediatamente que cualquier función acotada de Borel sobre $[0,1]$ representa un elemento único del doble dual. Los dos párrafos anteriores sólo dan un ejemplo concreto.