Un bosón de Higgs se crea en un acelerador como cualquier otra partícula, convirtiendo la energía en masa, según la famosa ecuación
$$E = mc^2$$
Si tomamos como ejemplo el LHC, los protones se aceleran a una velocidad cercana a la de la luz, teniendo suficiente energía para crear partículas tan pesadas como el higgs.
Para que una partícula decaiga necesita un espacio de fase (es decir, las partículas en las que decae la partícula madre tienen que ser más ligeras que ésta) y ninguna cantidad conservada que prohíba una decaída (por ejemplo, la conservación de la carga).
Como el Higgs es pesado y no tiene un número cuántico que prohíba una desintegración, tiene una vida muy corta.