Entiendo que las empresas serias de HW pueden fabricar sus propias placas, pero ¿cuáles son las desventajas de utilizar una placa de desarrollo "en producción", es decir, colocar una tarjeta PCIe en un servidor y realizar cálculos con ella?
Respuestas
¿Demasiados anuncios?La mayor es que podría no estar disponible mañana.
En algunos casos, los fabricantes pretender que la placa de desarrollo puede utilizarse en la producción de bajo volumen y comprometerse a mantener la producción durante algún período de tiempo. También pueden poner a su disposición esquemas y gerbers que le permitan fabricar las placas usted mismo.
Producir un tablero compatible durante un largo periodo de tiempo es un compromiso importante, como la fabricación de un producto. Tienen que lidiar con los componentes que se quedan obsoletos, los cambios en la documentación, etc.
Otras desventajas se centran en el hecho de que no fue diseñado sólo para su aplicación, por lo que podría ser demasiado grande, demasiado hambriento de energía, carente de características, etc.
Por otro lado, la producción relativamente alta puede tener ventajas. El coste de una placa de desarrollo para un cliente mío del sector aeroespacial fue menor que el coste de rellenar una placa desnuda equivalente (eso antes de comprar las piezas o hacer las pruebas).
Hablando por experiencia...
Hace muchos años, mi empresa estaba experimentando con una aplicación FPGA de bajo volumen. En aquel momento no había placas de producción que se ajustaran a nuestras necesidades y, debido a las presiones de tiempo, no era factible diseñar la nuestra propia. Acabamos optando por una placa de demostración producida por un conocido distribuidor de Xilinx.
Lo más negativo que encontramos fue una tasa de mortalidad infantil muy alta. Por alguna razón, el distribuidor no invirtió lo suficiente en su proceso de pruebas de fabricación. Además, una placa de desarrollo típica tiene probablemente muchos componentes que su diseño no necesita, pero esos componentes siguen contribuyendo al conjunto de fallos.
Para empeorar las cosas, la distribuidora no estaba preparada para gestionar la reelaboración y, para abreviar la historia, acabamos con una gran pila de placas no funcionales en nuestro laboratorio.
En el lado positivo, las placas nos permitieron satisfacer nuestras necesidades de producción y, las placas que funcionaron en el momento de la instalación, tendieron a seguir funcionando.
Al final, el proyecto duró más de lo que esperábamos y en las últimas fases nos acostumbramos a pedir dos tarjetas por cada una que necesitábamos.