Actualmente utilizo un enfoque "clásico" basado en rásters para dividir un área de estudio en celdas. Todas las capas de entrada se convierten en rásteres con la misma resolución de celda y se les asigna una calificación de idoneidad.
Se calcula una calificación final de idoneidad para cada celda combinando la calificación de cada capa, con ponderaciones para reflejar la importancia de los factores.
Se aplica una máscara final para excluir las zonas, como las masas de agua, que no son aptas para el uso del suelo propuesto.
Los problemas de este enfoque son:
- elegir una resolución de celda que sea demasiado grande para proporcionar resultados significativos, o una resolución alta que dé una falsa sensación de precisión.
- encontrar ponderaciones para cada uno de los parámetros de entrada.
¿Existen otros problemas o alternativas a la elaboración de mapas de adecuación del suelo?