Según mi experiencia, si no se han hecho antes, es decir, si no se da un giro propio a un tema, las revistas especializadas no tienen prejuicios contra ellos. Un metaanálisis no se publicará en Science, pero en su campo las buenas revistas suelen aceptar metaanálisis nuevos.
El tiempo y los costes que se ahorran por no hacer un experimento suelen consumirse haciendo otras cosas. Una de las más importantes es que muchos artículos no aportan suficiente información para analizar. A menudo hay que ponerse en contacto con los autores para recuperarla y, por desgracia, con demasiada frecuencia no pueden o no quieren acceder a sus peticiones. Es la mayor pérdida de tiempo del proceso.
También has pasado por alto algunas ventajas, como el alto índice de citas. Si se trata del primer y único metaanálisis, los nuevos investigadores citarán su artículo con mucha frecuencia. Otra ventaja son los estudios de seguimiento relativamente sencillos. En uno o dos años, en un campo de estudio dinámico, basta con añadir los dos años siguientes de investigación a los metaanálisis de seguimiento. Es relativamente fácil cooptar meta-análisis en un área de estudio si eres el primero en moverte. Así se consiguen índices de citación relativamente altos.
Si le preocupa que los resultados que obtiene de la literatura tengan sesgo de publicación, existen técnicas estadísticas como gráficos de embudo (tamaño del estudio (a menudo -se) en el eje y y efecto en el x) que puede utilizarse para detectarlo. Una literatura no sesgada sobre un tema tenderá a tener resultados que son simétricos en un gráfico de embudo, pero un efecto debido a un sesgo de publicación se parecerá mucho más a la mitad de una distribución. Y a diferencia de lo que ocurre con los experimentos, descubrir que los datos que entran en un metaanálisis están sesgados es publicable.