Al igual que la luz, algunos materiales absorben microondas, otros las reflejan y otros las transmiten. Quizás lo hayas notado: cuando metes comida en el microondas, algunas partes se calientan mucho y otras siguen frías. Esto se debe en parte a la distribución desigual de las microondas en el horno, pero también a que algunos materiales no absorben bien las microondas. Por ejemplo, si pones una taza de agua en el microondas, puede que el agua esté hirviendo, pero la taza estará lo suficientemente fría como para sostenerla con las manos.
Una de las razones por las que las microondas calientan tan bien los alimentos es que éstos contienen agua, que absorbe las microondas. Si hicieras tu casa de agua, el WiFi no funcionaría muy bien. Lo mismo ocurre si usas mucho hormigón armado: las barras reflejan las microondas y la recepción WiFi es mala. Pero la mayoría de las casas tienen paredes hechas principalmente de aire, con un poco de yeso, papel y pintura delante del aire.
Si pusieras en marcha un horno microondas con la puerta abierta, enviaría una "señal" que viajaría bastante lejos. Probablemente cabrearías a los vecinos. La potencia máxima del WiFi es de aproximadamente 1 W, por lo que 1500 W de potencia viajarían ~40 veces más lejos.
Esto es en realidad lo contrario de cómo se inventó el horno microondas: un ingeniero llamado Percy Spencer estaba trabajando con un radar y se dio cuenta de que el radar estaba derritiendo su chocolatina.