Supongamos que trato de definir un mapa de $f$$\Bbb Q$, el conjunto de los números racionales, a $\Bbb Z$, el conjunto de números enteros mediante el establecimiento $f\left(\frac{a}b\right)=a$; lo que es $f(1)$?
$1=\frac11$, lo $f(1)=f\left(\frac11\right)=1$.
Pero espera! $1=\frac22$, lo $f(1)=f\left(\frac22\right)=2$.
Y $1=\frac{100}{100}$, lo $f(1)=100$.
Obviamente esto no funciona: por mi "definición" $f(1)$ podría ser cualquier número entero. En otras palabras, mi supuesta definición en realidad no definir nada: $f(1)$ depende de la representación de $1$ como fracción de dos números enteros que yo uso, y nada en la "definición" me obliga a elegir una representación particular. Esto supone que la función no está bien definida.
Por otro lado, cada número racional $q$ puede ser únicamente representado en la forma $\frac{a}b$ donde$\gcd(a,b)=1$$b>0$. Me había definido $f(q)$ a ser el numberator $a$ de esta representación específica, $f$ podría haber sido una auténtica función: habría sido bien definido.
La comprobación de que un objeto matemático está bien definido es realmente sólo la comprobación de que es definido: que la pretendida definición de la realidad hace de forma inequívoca especificar el objeto.