Sería posible, e incluso no terriblemente difícil, tener un grifo cuyo chorro, visto en un momento dado, apareciera como una espiral. Una doble espiral con forma de diamante sería más difícil, pero no imposible, aunque a menos que los diamantes fueran bastante gruesos, tenderían a volverse blandos a medida que el agua se alejara del grifo. La observación clave, sin embargo, sería que toda el agua del chorro se movería en la misma dirección, alejándose del grifo.
Para entender lo que ocurre, imagina que la tubería que llega hasta el final del grifo fuera perfectamente recta durante los últimos dos metros y que uno de ellos tuviera una clavija. Imagínese además que el extremo del grifo contuviera cortadores alrededor del perímetro que giraran a medida que la espiga se desplazara. Aunque la espiga no girara, el cortador no tendría ninguna dificultad para cortar una ranura en espiral en ella (y un par de anillos cortadores que giraran en sentido contrario podrían cortar una disposición de doble espiral de diamante). Cortar diamantes de aspecto limpio en el agua sería más difícil que con una espiga sólida, pero hay formas de conseguirlo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que, a no ser que se tome una fotografía de corta exposición del arroyo o se ilumine con una luz estroboscópica, aparecerá como un arroyo normal. La iluminación estroboscópica, sin embargo, podría hacer que el patrón pareciera moverse lentamente hacia arriba o hacia abajo a lo largo de la corriente (habría un límite a la velocidad con la que el patrón podría parecer moverse y seguir siendo visible como un patrón). Sin embargo, la luz estroboscópica no cambiaría la velocidad a la que el agua se mueve realmente, sino la forma en que el patrón dentro del agua parece moverse.